La miedomide

La desesperación y la desolación emanan de la miedomide con tal intensidad que casi se puede saborear la tristeza en el aire. Esqueletos salidos de sus tumbas, tropeles de no muertos y muertos pero por dentro merodean por sus corredores.

Los pocos héroes que se atrevan a entrar en este sitio, que no se hagan ilusiones sobre la tarea que les aguarda: entrar sin preparación sería un error inmenso. Medita en lo indefectible de la muerte, la tuya y la de tus aliados, porque la cuenta atrás acaba de empezar.